25 años incubando innovaciones  

Litros de kétchup, complejas simulaciones informáticas y un instinto natural. Son los tres ingredientes clave que han contribuido al desarrollo de innovaciones en procesos industriales en el centro de Endress+Hauser situado en Freising, Baviera. El origen de este centro se remonta a una decisión visionaria y una pasión compartida por dos personas.    

En Freising, Baviera, un equipo de unas 20 personas trabaja en el desarrollo básico y avanzado de tecnologías de medición de caudal. ¿Cuál es su misión? Superar los límites y ampliar las posibles aplicaciones de las tecnologías existentes. Siempre teniendo en cuenta los beneficios para los clientes.

«Creemos que el éxito se mide en función de la utilidad práctica», afirma el director general, Wolfgang Drahm. Hace 25 años, él y su compañero Alfred Rieder establecieron las instalaciones de desarrollo en la ciudad universitaria de Freising, que está estrechamente vinculada a la Universidad Técnica de Múnich.   

En términos de organización, las instalaciones de predesarrollo de Freising forman parte de Endress+Hauser Flow, un centro ubicado en Reinach, Suiza. «Desde el principio nos dieron bastante libertad para experimentar y aún se nos evalúa según objetivos a largo plazo», afirma Drahm, que valora el privilegio de trabajar sin las restricciones que exige el día a día en una empresa.

«Con el departamento de desarrollo de Reinach, formamos una única comunidad», añade Alfred Rieder. «Hemos asumido el compromiso firme de ofrecer un apoyo constante a nuestros compañeros. No nos limitamos a entregar soluciones; las implementamos junto a nuestros clientes, acompañándolos hasta que funcionan correctamente en sus instalaciones    

Drahm revela que sus desarrollos se basan en una combinación de diversos métodos, y no en una receta secreta. Los miembros del equipo son altamente proactivos y configuran sistemas a pequeña escala de forma autónoma. Además, nuestros clientes, en ocasiones, nos proporcionan incluso un cubo de kétchup o mayonesa para experimentar con nuevas aplicaciones o tecnologías». Por ello, en cuanto al personal, Drahm busca un «instinto natural» para las tecnologías de medición.

«Para crear algo nuevo, debes tener ideas abstractas y entender que un sensor de medición es una obra maestra de la ingeniería». Las herramientas digitales, como las simulaciones numéricas, también son muy importantes. «Integrar el talento humano con la capacidad computacional no solo agiliza el desarrollo, sino que lo transforma en soluciones realmente efectivas», afirma Alfred Rieder. «Permite alcanzar avances que serían imposibles en entornos de prueba convencionales». 

Un ejemplo de las habilidades en innovación del equipo de Freising es el Proline Promass Q, un caudalímetro de Coriolis de Endress+Hauser con un funcionamiento fiable y máxima precisión, incluso en las condiciones de proceso más exigentes. Se utiliza en la industria del petróleo y gas, en la que se requieren mediciones de alta precisión, así como en la industria alimentaria, donde los productos deben cumplir estrictos criterios de calidad.

«Estos ejemplos de uso destacan cómo ha cambiado el rol de la tecnología de medición. Los instrumentos deben proporcionar lecturas precisas, pero también información completa sobre el proceso. También es esencial que estén interconectados de forma inteligente y optimicen al máximo el aprovechamiento de los recursos disponibles», afirma Drahm. 

Drahm y Rieder se especializaron en la tecnología de medición de caudal de Coriolis durante su doctorado en ingeniería en la Universidad Técnica de Múnich. Ambos querían centrar su trayectoria en este ámbito después de graduarse. Finalmente, a mediados de la década de 1990, llegaron a Endress+Hauser. «Desde el principio ha sido un trabajo de ensueño», afirman.

Sus habilidades y su clara visión tecnológica les permitieron ganarse la confianza de su entorno en la empresa. Posteriormente, sus resultados y su espíritu pionero contribuyeron a crear un nuevo centro de investigación. «Estamos muy agradecidos de que nos dieran esta oportunidad por aquél entonces. Es una decisión que ha funcionado muy bien, incluso 25 años después. Todo esto ha sido posible gracias al increíble equipo que nos rodea, cuya dedicación y conocimiento hicieron realidad este caso de éxito»